sueño conciente

Pasa que desde hace algún tiempo estoy practicando tomar conciencia en los sueños.
Se trata de darte cuenta en el sueño de que estás soñando.
No se bien cómo ocurrió. Me está pasando seguido. Antes me había pasado, hace años, pero entonces no supe bien qué hacer con eso.
Ahora cada vez que me doy cuenta que estoy en un sueño ejercito cosas como volar. En realidad es lo único que supe realizar a voluntad hasta ahora y la verdad que bastante mal.
Hoy lo hice un poco mejor. El de hoy fue un sueño feliz. La pasé bárbaro:

Fuimos con Pato a la fábrica de Chibel (la empresa para la que trabajamos) que es una casa en algún lugar lejano. Hay gente. Yo llevo tres almohadones dibujados por mi, creo. Pato se lleva uno para continuar con unos trabajos. Yo doy una vuelta por el lugar. Se me aparece un señor avanzado en edad: es el dueño de Chibel. Me pregunta quién soy y qué es lo que llevo. Le explico que son unos almohadones que estamos usando con Pato para realizar unos trabajos futuros, le muestro que están fallados y que no están a la venta (para que no piense que me los afané). Me los pide igualmente, y los guarda en un estante de por ahí. Yo me inquieto un poco porque el hombre no me entendió y con Pato los vamos a necesitar. Puedo ver que están entrando algunos compañeros de trabajo de la colonia, los profes. Me acerco a saludar a Fernando que está sacando algunas pelotas de una bolsa. Lo observo reírse y me llama la atención cierto parecido con Juani Mosquera, un amigo mío. Me doy cuenta entonces de que estoy en un sueño, lo cual me sorprende y a Fer le causa mucha gracia. Le pido que imite a Juani (aunque él no lo conoce), y entonces empieza a hablar con la voz de éste y a imitar sus gestos. Nos reimos. Ahora estoy sobrevolando una ciudad en algo así como un avion, aunque en realidad no hay carcaza ni nada alrededor mío, solo la idea. Estoy volando bajo, pasando a travez de los cables de la luz y levantando vuelo solo por momentos. Atraviezo la ciudad y veo aparecer algunos suburbios y espacios abiertos, luego estoy por sobre un villa de barrio pobre. Recuerdo que estoy en el sueño. Las imágenes son muy nítidas pero recuerdo que no debo fijar la atención mucho en el ambiente (sueño anterior). Hago un paneo general. Allí abajo veo algo de colores: un tigre que tiene plumas. Es un ser completamente sorprendente, sus plumas varían de color. A pesar de todo fijo mi vista en él. Sus ojos son amarillos, me atrapan. Tengo miedo de ser absorbido pero nada ocurre, simplemente el tigre cobra una nitidez total por sobre todas las demás cosas. Me empieza perseguir en intenta atraparme pero no me alcanza, vuelo alto. Trato de verme el cuerpo, los pies, pero no hay nada. No estoy en un avión ni tengo el cuerpo. Se me ocurre que quizá sea un pájaro y por eso el tigre haya tratado de atraparme. Allí veo la copa de un árbol, vuelo hasta el para reposar en una de sus ramas. Ahora estoy otra vez en la casa de al principio y hay mucha más gente. Estoy en una cocinita charlando con algunos hasta que veo que por detrás del vidrio de la cocina está otro profe, Marcelo, que recién llega. Me muestra un mazo de cartas y me dice gesticulando claro a travez del vidrio: "¿querés saber cómo van a ser tus hijos?". Yo comprendo que me ofrece aprovechar la conciencia que tengo en el sueño y voy con él. Sobre una mesa me arroja una carta que está cortada a la mitad con la mano, me pregunta: "¿qué carta es para vos, un cinco de bastos o un siete de espadas?"...Comprendo que la pregunta es un desafío, a lo cual respondo: "la carta es la que deba ser". Marcelo sonríe y empieza a tirar cartas sobre la mesa. Una por una me va preguntando qué carta es. Me resulta muy dificil decirle de qué cartas se tratan porque son dibujos que van mutando constantemente con una estética parecida al art noveau y en tonos azules y rozados, pero la imagen de cada carta es un devenir infinito de símbolos y figuras. No obstante voy diciéndole lo que me parece que son. Pienso que estoy gastando mucha energía en esto y tengo miedo de perder la conciencia de estar soñando, cosa que me ha pasado en los sueños anteriores. Marcelo parece enterarse de esto y se detiene: "bueno ya fue, te digo más o menos lo que me salió". Yo espero. " tus hijos van a ser emperadores, gente de lucha". Lo miro estupefacto y le digo: " pero Marcelo eso no me dice nada, ¿van a ser algo así como dictadores?,¿qué cosa...?".Él dice " bueno, no sé. Pasa que no te terminé de tirar todas las cartas porque ibamos a estar mil años" Me voy algo desilusionado por lo ocurrido, la verdad que esperaba una revelación no tan tirada de los pelos...pero buéh. Afuera llueve. Salgo y estoy caminando por plaza Sarmiento en La Plata. Está amaneciendo y ya no llueve pero por las calles corren ríos, mucha agua. A mi lado está Pato. Le comento lo ocurrido y me río pensando que ella es parte de mi sueño. Su cara se desfigura un instante. No comento nada al respecto porque entiendo que es así, un sueño. Vamos hacia 66 , entonces la tomo de la mano y corro. Enseguida levanto vuelo y la elevo también a ella. La sensación es tranquila. Intento darle velocidad al vuelo poniéndome en posición de Superman, pero esto parece empeorar y pierdo altura. Relajo entonces mi cuerpo y eso me hace más ligero. Pato me pregunta por qué tanta agua. "No se" le digo" debe venir del río supongo, a ver fijémosnos" Entonces concentro mi fuerza para elevarnos alto en el vuelo. Así lo hacemos y la altura es vertiginosa, aunque a la par delante nuestro crece un edificio que nos impide la visión. Se me ocurre que carezco de la imaginación de hacer surgir allí el horizonte con el río. Hacia los costados también se ven edificios y construcciones que crecen y decrecen. "¿Pero desde acá se puede ver el río?" me pregunta Pato. Nos elevamos un poco más y bordeamos el edificio molesto. "Mirá" le digo, y allí a lo lejos se ve campo y luego el río envueltos en una bruma amarillenta tirando suavemente a lo naranja. Una forma como una isla se ve luego. Pato dice "se parece a un gorila...". Yo le digo que puede ser tranquilamente un gorila ya que es un sueño. Para mi no lo es, pero acepto su subjetividad en el sueño. Volar es grandioso, estamos alto. Decido ya despertarme. Fijo mi vista en el cielo amarilloanaranjado. Me envuelve el color y la inmensidad. Despierto muy feliz.