Wednesday, May 03, 2006

esto mago

El domingo desperté con un sueño en el que veía mi abdomen o un abdomen que tenía un orificio circular a la altura del estómago. Por ahí se veían los jugos gástricos. Una mano me señalaba allí y metía sus dedos para sacarlos embebidos en los jugos y con cierta electricidad que se veía como rayitos azules. Me decía que yo también acerque mi mano.

Esa noche fui a la feria del libro para presenciar una charla de Alejandro Jodorowsky, el guionista de El Incal, historieta dibujada por Moebius. Presentaba un libro nuevo y dio una charla no sobre el libro sino directamente sobre psicomagia, disciplina desarrollada por él.
Más tarde estuvo firmando libros en un stand y había bastante gente haciendo cola todas con su libro. Yo también me puse en ella. Pero sin libro.
En realidad no tenía ganas de que me firmara nada. En cambio me propuse entablar un contacto. Ya que el tipo estaba allí presente se me ocurrió que podría transmitirme algo físicamente, como leí en uno de sus libros. La cola avanzaba y ver a todos ofreciendo su libro para firmar me hizo caer en que lo mío era una idiotez sin sentido. Me puse nervioso. ¿Qué le iba a decir? Encima había un par de tipos de seguridad que lo rodeaban y me daba la impresión que cada tanto me miraban y buscaban algo que yo tuviera para firmar...tal vez era pura paranoia.
Vi acercarse y ponerse en la cola con un libro a Celeste Cid. Es muy chiquitita y flaca. Bueno, ¿y entonces qué hago cuando llegue?. Ya casi llegaba. Los de seguridad se dijeron algo y llamaron a dos más que se acercaron a Jodorowsky. Ahora eran cuatro y me miraban...tal vez era pura paranoia. Los nervios me hacían dolor en el estómago, como siempre que estoy nervioso. Para los que no saben soy un tipo muy nervioso. Seguro no parezca ya que exteriormente no lo manifiesto, pero todo eso parece concentrarse siempre en mi estómago. Cuando no es dolor, es una sensación extraña y angustiante.
Eso era.
La última persona antes que yo se fue sonriente con su firma y Jodorowsky se paró y dio vuelta para decirle algo a un asistente. Luego se sentó y me miró sonriendo. Aquí me puse mucho más nervioso. Lo miré un segundo.
- Mire Don Alejandro, - (no sé por qué lo de Don, tal vez por el hecho de que tiene 78 años) -la verdad es que yo no traje nada para firmar...-
Levantó las cejas.
- yo solo quería saber si usted podría poner su mano sobre mi abdomen... - Dije sin poder creerlo.
Sin dudarlo apoyó su mano en mi panza.
- ¿tienes algún mal? - me dijo
- no, pasa que soy bastante nervioso y sufro de malestares ahí -
- yo no puedo curarte, pero puedo infundirte confianza - dijo entonces - pon tu mano sobre la mía y aprieta con fuerza. -
Así lo hice, y nos quedamos los dos en silencio un rato que me pareció una eternidad. Luego con mucho cuidado sacó su mano de mi abdomen.
- concéntrate en tu nacimiento, ese es el lugar de tu ombligo - Dijo finalmente.
- si...- contesté emocionado y lo saludé.